SER CRITICO Y CRITICAR
Criticar algo o a alguien, supone, de entrada, ubicarse en una posición de superioridad. Solo quien detenta un poder, un conocimiento o un criterio mayor, puede evaluar y calificar. Los criticones hacen eso todo el tiempo: juzgar a los demás, pretendiendo que su opinión, en verdad los va a degradar.
Del crítico al criticón hay un abismo. El que hace una crítica seria se sabe y se certifica experto para hacerla. Evalúa tanto los aspectos negativos, como los positivos de aquello que está analizando. Lo anima un afán de mejoramiento y por eso está despojado de ira al formular los resultados de su evaluación. El criticón, en cambio, quiere descalificar a los demás sin otra intención que la de desacreditarlos.
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